Abrazando Libros: Reseña: Happenstance #2

FICHA TÉCNICA

Título: Happenstance 2
Serie: Happenstance #2

Autor: Jamie McGuire

Páginas: 180

Edición: Rústica

Editorial: CreateSpace Independent Publishing Platform
ISBN: 9781500852047

SINOPSIS

Erin Easter era ahora Erin Alderman, porque Erin Alderman estaba muerta.

En la segunda parte de la serie más vendida del USA Today, sigue a la protagonista Erin, una estudiante senior de secundaria en la pequeña Blackwell, Oklahoma. Después del terrible accidente que deja dos compañeras muertas, Erin descubre que fue cambiada al nacer. Poco después, se muda a la casa de sus verdaderos padres, Sam y Julianne Alderman, transformando a Erin de la noche a la mañana de una paria de la Secundaria Blackwell, a la hija única de una de las parejas más ricas del pueblo.

Además siendo perseguida por su amor de la infancia, Weston Gates, el sueño que una vez tuvo es ahora realidad. Pero cuando Erin tropieza con secretos que le dan las respuestas que había estado buscando, también encuentra una verdad que nunca quiso saber.

MI OPINIÓN

Happenstance no fue mi libro favorito de Jamie, pero sí uno de los más lindos. En esta segunda parte, podemos ver cómo las cosas se van encaminando para Erin. No es sencillo descubrir de la noche a la mañana que no sos quien siempre creíste ser, y mucho menos adaptarte a esa nueva vida.

Tras de la muerte de sus dos compañeras y la posterior noticia sobre su verdadero origen, la vida de Erin quedó patas para arriba. En Happenstance 2, la autora nos muestra cómo ha ido modificándose su día a día. Viviendo con sus padres biológicos, ella debe hacer frente a una realidad que le era desconocida. Ellos pretenden cumplir cada uno de sus deseos, pero lo cierto es que Erin nunca fue malcriada. Creció en un ambiente donde faltó el cariño y el dinero, por lo que trabajaba para tener algo con lo que manejarse. Imaginen que de un minuto para otro descubren que no necesitan trabajar, a menos que deseen hacerlo. No sólo eso, ella deja de ser la paria de la escuela para convertirse en la verdadera hija de los Alderman. La gente que le hacía bromas o se reía de ella, ahora se aleja por miedo a incordiarla. Por supuesto, aún se encuentran aquellos que no se sienten satisfechos con el daño antiguamente proporcionado y desean continuar con el trabajo.

En el primer libro se mostraba la crueldad de los adolescentes al momento de molestar a otros. El bullying, como maltrato, es moneda corriente en casi todas las escuelas, y en este nuevo libro se trata de dejar ver que en un mismo lugar coexisten distintos tipos de alumnos.

Dentro de las paredes de nuestra secundaria estaban los débiles, los tristes, los pomposos, y los orgullosos, todos volando por el mismo camino a cien kilómetros por hora hacia un final para el que no estaban listos.

La protagonista todavía quiere pasar desapercibida, pero falla miserablemente. Nadie es ajeno a su nueva situación y muchos gozan molestarla por eso también. Erin es como un animal que ha sido herido con anterioridad: busca protegerse constantemente de las agresiones ajenas, a pesar de que no parezca que quieran lastimarla. Claro, ahora tiene un pequeño polizón que se pone sobre las espaldas la tarea de defenderla. Weston puede ser muy dulce por momentos, y también cómico.

—Si el Karma no te patea el culo, yo lo haré. —Weston hervía de ira y se escucharon pequeñas sibilancias en su pecho.

Cómo no, hay secretos, mentiras blancas -y otras no tanto-, y bastante romanticismo en el aire. Es una historia con un fondo rosa por donde se lo mire. Admito que tanta cosa linda, dulce y amorosa me termina por empalagar, pero es una historia aceptable.

—¿Tienes alguna idea de cuánto tiempo te he amado, Erin?
Sonreí, lágrimas ardientes en mis ojos. —Tanto tiempo como yo te he amado.

El libro es corto, así que uno puede leerlo con mucha rapidez. Si tienen ganas de leer algo en un par de horas, para pasar el tiempo, es una buena opción. Aunque no lo recomiendo si no han leído el anterior, ya que sería un spoiler de comienzo a fin.

OTRAS CITAS

—¿Qué hacías antes de mí? —pregunté.
—Básicamente lo mismo. Desear estar pasando tiempo contigo.

Había algo acerca de ser un Alderman, o un Gates, o un Masterson, o un Beck. Las reglas no parecían aplicarse a las personas con esos apellidos. No en Blackwell.

Una extraña sensación me invadió, un fuerte sentimiento de que no pertenecía a esta casa. Por primera vez desde que había dejado a Gina, extrañaba la fea alfombra peluda y el ventilador torcido en mi dormitorio.

—¿Recuerdas lo que dijo Sam?
Asintió. —Dijo que mantuviera mis manos alejadas de la esposa de otro. Pero tú no serás la esposa de otro.

—Si no permanecemos juntos, dolerá. Me haría pedazos. No quiero a nadie más.

Una última puñalada para mí, incluso luego de su muerte.

—Incluso si no tuviéramos dos clases juntos, no puedo estar lejos de ti.
—Inténtalo —dije, marchándome. No miré hacia atrás.

La mayoría de las personas no lo entienden, pero las reacciones eran peligrosas, como la tentación o la adicción.

—No tienes que preocuparte por eso. Estoy escribiendo mi propia historia. Y en mi historia, consigo un final feliz. Sin importar lo que suceda, no pueden tocarme.