Entrevista a Leo Batic
El mundo de la
literatura queda claro que es demasiado extenso al igual que la música, pero
hay autores que se dedican a transportar nuestra mente a sus historias y a
dejar volar nuestra imaginación sobre ellas. Este es el caso del periodista,
escritor e ilustrador argentino Leonardo
Batic, que no cree en lo imposible y que elaboró más de 20 obras en diez años.
El oriundo de La Plata
-dedicado al género fantástico- tuvo una entrevista exclusiva con Abrazando
Libros, donde habló de sus inicios, de lo que representó trabajar para Warner
Bros y Disney, y de su último libro, “Herederos de la magia”, perteneciente a
la trilogía “El Último Reino” que fue postulada a mejor novela fantástica y a
mejor novela argentina en los premios Young Books Awards 2013. Además dejó una
cuota de intriga con lo que será su próximo desafío.
En la casa de una
amiga que le presta el sitio para que dé sus talleres de escritura y dibujo,
Leo calienta la pava eléctrica y prepara el mate como un ritual de todos los
días. Sin perder la forma que lo destaca, está con su sombrero de campo sobre
su pelo canoso. Le da algunas indicaciones a una mujer de unos 30 años que toma
clases de dibujo y hace lo mismo con un niño de unos nueve. Una vez que el agua
calienta, se sienta y comenzamos a hablar rodeados de estanterías repletas de
libros en una mesa de madera rectangular y larga.
Pregunta: ¿Cómo
fueron tus inicios como escritor?
Respuesta: A mí en realidad me gustó escribir siempre. Mi
profesora de literatura en la secundaria tuvo algo que a mí me fascinó. Fue la
primera persona que vi con las uñas y labios pintados de negro, que para una
profesora era una cosa muy rara. Y, además, nosotros estábamos en el ’82
-último año de la
Dictadura Militar-. Era una mujer depresiva que, quizás, en
algún punto marcó un montón de mi literatura en cuanto a ciertos personajes
deprimidos y que tienen que ver con toda una búsqueda interna de la felicidad.
Sin embargo no fue hasta bastante tiempo después, cuando yo ya estaba
trabajando en Warner. En el año ’96 mi primera esposa queda embarazada y los de
WB me ofrecen escribir mis propios guiones e ir haciendo los dibujos cuando
pudiera. Y así fue que escribí una serie bastante larga de historietas. Fui el
único historietista latino que hizo historietas para Looney Tunes.
P: Luego de eso,
¿cómo seguiste?
R: Después de eso nos fundimos porque nos pagaron el
primer día del Corralito, así que nos costó un montón recuperarnos. Luego yo
aproveché para empezar a hacer mi camino acá en Argentina. A mí me gustaba
mucho hacer duendes y hadas, así que yo hacía dibujos, los escaneaba y me los
guardaba en una carpeta. En el 2001 la gente de Albatros pide ilustradores que
hagan duendes y hadas. Entonces les mandé los dibujos y cosas escritas que me di
cuenta que tenía. Y me llamaron. Leí el libro que ellos tenían para hacer, pero
se los rechacé diciendo que para mí no estaba bien. Que no me gustaba. Me
preguntaron qué escribiría yo. Les dije que haría algo serio. Fue entonces que
les ofrecí hacer unos libros que se llamaron “Seres Mitológicos Argentinos”,
donde aproveché parte de la investigación que venía haciendo como periodista.
P: Retomando tu
labor en Warner Bros, ¿cómo te encontraste trabajando para ellos?
R: (risas) En el ’92 decido llevar unas ilustraciones a la Revista Fierro , y
me las devolvieron diciendo que me dedicara a otra cosa. Por las vueltas del
destino, en el mismo edificio donde se hacía esa revista también se hacía otra
llamada Revista Humor. Ahí conocía a alguien que me recomendó a una persona que necesitaba dibujantes de superhéroes. Éste era un gran historietista argentino, que en cuanto vio mis dibujos me mandó el guion. Dibujé para él, y un día me llamó para pasarme un contacto que
necesitaba un ayudante. Así que lo llamé y le llevé mis dibujos. Cuando me
estaba por ir, llegó un fax de Warner. Me preguntó si conocía a alguien que le
interesara, y le dije de un amigo. Me llamó un día, y me dijo que le llevara
las muestras de mi amigo y la historieta que tenía que hacer yo. De las trece
páginas que tenía que hacer, llevaba dos. Empecé a dibujar y a dibujar, hasta
tenerlas listas. Se las llevé, y me dijo que las primeras dos páginas eran
pésimas. Que las demás eran bárbaras. Conclusión: lo de mi amigo resultó mal. A
mí me salió la posibilidad de dibujar para Disney, Aladdin, pero dije que no.
Luego a mi amigo Walter le ofrecieron que hiciera La Sirenita , y le fue muy
bien. Cuando cerró la historieta, la gente de Warner lo llamó. Empezó a hacer
las páginas de Looney Tunes, se quedaron fascinados, y dijeron que necesitaban
otro ilustrador que siguiera el mismo estilo. Me propusieron a mí, arreglé, y
lo empecé a hacer.
P: ¿Cómo hacías
para imaginar diferentes escenas para tus historietas?
R: En principio, necesitas un escritor que escriba buenos
guiones. Es cierto que uno a veces tiende a poner los personajes en las mismas
posiciones, o a hacer los mismos gestos. Lo que hay que tratar de hacer es no
caer en el aburrimiento. Lo que hacía era buscar otros artistas que dibujaran
mejor que yo, para ver qué otros gestos podía generar. Y aprendía de eso. Lo
que entendí fue que el momento en que me empezó a aburrir era el momento de
decir adiós.
P: ¿Cómo hiciste
para escribir más de veinte obras en diez años?
R: Creo que en eso tienen mucho que ver Disney y Warner.
No en la capacidad de generar ideas, sino en el hecho de que yo no escribo
cuando tengo ganas. Escribir es mi trabajo. Me gano la vida dando clases,
ahora, pero en su momento me la ganaba dibujando, y espero en un futuro
ganármela solamente de escribir. Un día mío es levantarme a las nueve de la
mañana, desayunar tranquilo en mi casa y trabajar. Pero son las diez de la
noche y sigo sentado frente a la computadora escribiendo. Si no tengo ideas
para escribir, salgo a caminar, escucho música. Warner y Disney me dieron ritmo
y seriedad en el trabajo. Sacar “El Último Reino” en un año y medio fue el
resultado de trabajo y consistencia.
P: Hablando de
“El Último Reino”, ¿cómo hiciste para narrar desde el punto de vista de una
mujer?
R: (risas) Soy un convencido de que nosotros en nuestro
interior tenemos más historias que ésta en la cual vivimos. Yo creo que, si
puedo hablar desde el punto de vista de una mujer, es porque en algún momento
debo haber sido una mujer en alguna vida pasada. Así que, en principio, creo
que es ponerse en el lugar, recuperar esa parte femenina que todos tenemos
adentro, y ser lo más honesto posible. Creo que una mujer, cuando escribe sobre
una mujer, no quiere quedar bien con ella. Lo que quiere es hablar de las
problemáticas. Esa es la idea.
P: Las portadas
de tus libros, ¿las dibujás vos?
R: Sí. Una de las cosas que arreglé con Ediciones B, al
momento de contratarme, fue hacer por lo menos todas las tapas de los libros.
Porque luego de más de veinte años de trabajar en este medio, conozco el género
y me parece que puedo plantear una coherencia entre las tapas y un nivel que
pueda competir por la vidriera. Para mí es un gran desafío, incluso es un mayor
desafío hacer las tapas de mis amigos.
P: ¿Cómo hiciste
para publicar en tus inicios?
R: Nunca fui a una editorial a pedir trabajo. El primero
que tuve, el de Albatros, en realidad ellos me llamaron porque pidieron
muestras y la parte escrita surgió prácticamente de ahí. Con respecto a “El
Último Reino”, mi idea era venderlo en Norma. Liliana Bodoc había publicado
ahí, y yo quería estar ahí. Quería que me descubriera Antonio Santa Ana, el
editor de Liliana. Entonces me contrata Kapeluz -empresa hermana de Norma-,
para dibujar manuales. Yo siempre voy con el mate a todos lados. Un día una
persona me corre por un pasillo, y me pregunta si era Leo Batic. Me dice si
quería tomar mate con él. Era Santa Ana. Después de tomar varios mates, le digo
si quería leer mi novela. Me dijo: “ni loco, vos sos dibujante” (risas).
Entonces le digo que era periodista y que escribía mucho antes de dibujar; que
eso fue casi como un accidente. Él sólo me miraba, hasta que aceptó. Al mes,
más o menos, mi mejor amiga deja de trabajar donde estaba y se va como editora
de Santa Ana. Yo justo le llevaba el manuscrito, y él se lo dio a ella. Luego
las cosas hicieron que el libro no pudiera salir en Norma, y escribí en
Facebook que estaba muy deprimido porque no se había dado un proyecto. Al rato
me llamó Ediciones B y me terminaron ofreciendo comprar el libro aún sin
haberlo leído. Dijeron que si a Santa Ana le había gustado, entonces tenía que
ser una buena novela. Con otros libros y proyectos fue más o menos igual. Me
llamaron y acepté.
P: Ya que das
clases de escritura y dibujo, ¿cuáles son los consejos que mayormente das?
R: No creo en la palabra imposible. No creo en la palabra
nunca. La habilidad del dibujante no está en la mano, sino en el ojo. La
habilidad del escritor no está en lo que escribe, sino en lo que lee. Las
grandes historias no se hacen frente a una página en blanco, sino que se hacen
caminando, cocinando, viviendo. Y ahí es donde las historias salen. Sentarse
frente a una página en blanco, ya sea para dibujar o para escribir, es una
ridiculez. Es necesario tener constancia. No importa cuánto tiempo tengas en tu
día para poder escribir o para poder dibujar. Si ese rato que tenés lo
aprovechás al máximo, podés escribir las novelas que quieras. Y dibujar lo que
tengas ganas. Las cosas se dan solas, si estás haciendo el esfuerzo para
lograrlas.
P: ¿Te ha pasado
que el que vos creías que iba a ser el inicio del libro resultó ser, por
ejemplo, el quinto capítulo?
R: No me pasó con “El Último Reino”. En éste yo sabía cuál
iba a ser el último capítulo de la saga -que no terminó siendo el último, sino
el anteúltimo- y empecé a escribir a partir de ahí. Así que podría ser cierto
lo que vos decís porque de la forma en la que está escrita hay saltos
temporales, pero también las fui acomodando. Así que, sí. Creo que uno rara vez
escribe linealmente. Es más, una de las cosas que siempre les digo a mis
alumnos es que no traten de escribir una novela de manera lineal.
P: ¿Cuál es tu
próximo proyecto?
R: En este momento estoy embarcado en un proyecto de tres
libros que estoy escribiendo a la vez y que van a salir los tres el mismo día.
La idea es esta: los lectores van a elegir cuál es el primer libro, y eso les
va a cambiar totalmente la visión de las otras dos historias.
***
Agradecemos a Leo Batic, por permitirnos hacerle esta nota.
También al periodista que la realizó en nuestro nombre, Leandro Maimó.
Esperamos que hayan disfrutado de la entrevista. En lo personal, Leo es un autor argentino que me gusta mucho. Tanto sus libros como sus dibujos son muy buenos, y realmente deseo que llegue la fecha de publicación de su nuevo proyecto.
Estas son dos frases suyas, que a mí en lo particular me encantaron:
<<El dibujo es más fácil. Uno lo ve y sabe si está bueno o no. La escritura es más difícil. Nunca sabes si eso que estás escribiendo está bueno o no.>>
<<Si vos crees que algo es imposible, es algo imposible.>>
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Saludos, y nos estamos leyendo.
-A
Un gran dibujante, gran escritor y por sobre todo una gran persona. El último Reino es una Saga increíble y totalmente recomendable, te guste la fantasía o no, en la historia hay más que dragones y magia.
ResponderEliminarLéanlo a él y a todos los autores de La Cofradía del Fantasy Argentino, no se van a arrepentir.
Muchas gracias por tu comentario y recomendación. :)
EliminarHermosa entrevista!
EliminarMuy buena entrevista!!! Un gran escritor, y lo mas bello... es argentino!! UN ORGULLO. Muy bueno el blog, sigan asi, FELICITACIONES!!!!
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