Reseña: El signo de los cuatro - Arthur Conan Doyle

FICHA TÉCNICA

Título: El signo de los cuatro
Serie: Sherlock Holmes #2

Autor: Arthur Conan Doyle

Páginas: 111

Precio: $110

Edición: Rústica

Editorial: Claridad

ISBN: 9788494083044

SINOPSIS

El relato policial nunca volvió a ser el mismo después de que Sir Arthur Conan Doyle creara a Sherlock Holmes y al Doctor Watson. Holmes hizo su primera aparición en el mundo de las letras en 1887, en Un estudio en escarlata. Originalmente publicada en 1890, El signo de los cuatro es la segunda novela protagonizada por el célebre detective del 221 B Baker Street.

Cada año, luego de la extraña desaparición de su padre, Miss Morstan recibió de regalo una extraña y valiosa perla. Al recibir un mensaje anónimo solicitando encontrarse con su anónimo benefactor, Miss Morstan solicita la ayuda de Sherlock Holmes y del doctor Watson. Cuando la investigación lo conduce a un homicidio y al legado de un inmenso tesoro, Holmes debe descubrir los secretos ocultos tras una traición ocurrida en la India años atrás.

MI OPINIÓN

Otra de mis reseñas adeudadas. En este libro podemos conocer un poco más a nuestro adorado detective, Sherlock Holmes. Watson nos comenta un poco sobre su consumo de cocaína, al cual recurre en momentos de necesidad. A pesar de ser un tema complejo y para nada agradable, el autor lo toca con cierta comicidad.

— ¿Hoy qué es?—le pregunté—, ¿morfina o cocaína?
—Es cocaína—dijo—, disuelta al siete por ciento. ¿Quiere probarla?

Los dos amigos, en esta oportunidad, se verán envueltos en un caso que les provocará cierta intriga. Son contratados por una muchacha, Ms. Morstan, que ha estado recibiendo regalos de forma anónima. La persona que los envía le solicita encontrarse personalmente, y es allí cuando ella decide recurrir a los servicios de Sherlock Holmes. Lo que al principio parecía un simple caso de una herencia desconocida, se convierte en un asesinato que los deja a todos con la boca abierta.

—Holmes—le dije en un murmullo—, quien hizo esta cosa espantosa fue un niño.

Tal como en el libro anterior, la historia se lee por sí sola. Es llevadera, entretenida, divertida y suspicaz. La inteligencia del detective es siempre la luz que ilumina la oscuridad de los crímenes, y la compañía del buen doctor Watson es todo lo que Holmes necesita. Si bien me gustó un poco menos que el anterior, este libro ha sido tan agradable como ése. Lo leí en muy corto tiempo, quedándome con ganas de empezar el siguiente.

Lo que sí debo admitir que no me gustó mucho, fue el modo en que se muestra el amor. Como si fuera cosa de un segundo y ¡pum!, caímos rendidos ante los pies del otro. Creo en la atracción a primera vista, pero no en el surgimiento tan repentino del amor.

Qué cosa maravillosa y sutil el amor: ahí estábamos nosotros dos, que nunca nos habíamos visto antes de ese día y que nunca nos habíamos cruzado ni una palabra ni mirada de afecto, y aun así ahora, en una hora difícil, nuestras manos se buscaron instintivamente.

El libro muestra a Watson más emocional que nunca. Sus motivos para llegar al final del caso son completamente diferentes a los que impulsan a Holmes a resolverlo. No obstante ello, son dos compañeros increíbles. A pesar de no tener la capacidad del detective, el doctor intenta colaborar con sus deducciones y no quedarse atrás en la investigación.

Si Holmes podía esforzarse para encontrar a los criminales, había una razón diez veces más poderosa que me urgía a encontrar el tesoro.

Como dije, este libro tiene bastante comicidad por momentos. Descubrimos facetas de Sherlock que no conocíamos aún, y eso nos une un poco más a su personaje. Incluso ahora, me sigo sorprendiendo ante algunas de sus explicaciones. Para una persona común y corriente, sin su poder de observación y deducción, muchas de sus teorías deben de resultar descabelladas e infundadas. Sin embargo, cuando uno se pone a pensar seriamente en lo que dice y lo razona... bueno, hay que admitir que hay mucha verdad en sus palabras. Hace comentarios que definen la naturaleza humana a la perfección. Es un personaje sumamente detallista, observador y minucioso. No deja nada al azar. De hecho no tolera las casualidades.

Otro libro de Arthur Conan Doyle que me encandila.
¡Voy por el próximo!

OTRAS CITAS

—Pero supongo que no fue una mera adivinación, ¿no es cierto?
—No, no; yo nunca adivino. Es una costumbre espantosa que destruye todas las facultades lógicas.

—Es de la mayor importancia—dijo— no dejar que nuestro juicio se vea influido por cuestiones personales.

Tan rápidos, silenciosos y furtivos eran sus movimientos, tan parecidos a los de un sabueso entrenado siguiendo un rastro, que no pude evitar pensar qué criminal terrible habría sido si hubiera volcado su energía y sagacidad en contra de la ley en vez de ejercerlas en su defensa.

«Watson, usted nunca ha reconocido mis virtudes como ama de casa»

—Precisamente son las cosas más simples las que tendemos a pasar por alto.

«(...)el amor es una cosa emocional, y todo lo emocional se opone a la verdadera y fría razón que yo pongo por encima de todas las cosas»

—Usted ha hecho todo el trabajo en este asunto. Yo consigo una esposa, Jones se lleva todo el crédito. ¿Quiere decirme qué queda para usted?
—Para mí—dijo Holmes—todavía queda la botella de cocaína.

CALIFICACIÓN

¡Tengo que empezar el tercero!
Ojalá les guste la reseña.
¿Han leído alguno de los libros de Arthur Conan Doyle?

¡NOS VEMOS!