2/1/14

[Entrevista] Heredero de la fantasía


Entrevista a Leo Batic

El mundo de la literatura queda claro que es demasiado extenso al igual que la música, pero hay autores que se dedican a transportar nuestra mente a sus historias y a dejar volar nuestra imaginación sobre ellas. Este es el caso del periodista, escritor e ilustrador argentino Leonardo Batic, que no cree en lo imposible y que elaboró más de 20 obras en diez años. El oriundo de La Plata -dedicado al género fantástico- tuvo una entrevista exclusiva con Abrazando Libros, donde habló de sus inicios, de lo que representó trabajar para Warner Bros y Disney, y de su último libro, “Herederos de la magia”, perteneciente a la trilogía “El Último Reino” que fue postulada a mejor novela fantástica y a mejor novela argentina en los premios Young Books Awards 2013. Además dejó una cuota de intriga con lo que será su próximo desafío.

En la casa de una amiga que le presta el sitio para que dé sus talleres de escritura y dibujo, Leo calienta la pava eléctrica y prepara el mate como un ritual de todos los días. Sin perder la forma que lo destaca, está con su sombrero de campo sobre su pelo canoso. Le da algunas indicaciones a una mujer de unos 30 años que toma clases de dibujo y hace lo mismo con un niño de unos nueve. Una vez que el agua calienta, se sienta y comenzamos a hablar rodeados de estanterías repletas de libros en una mesa de madera rectangular y larga.
Pregunta: ¿Cómo fueron tus inicios como escritor?
Respuesta: A mí en realidad me gustó escribir siempre. Mi profesora de literatura en la secundaria tuvo algo que a mí me fascinó. Fue la primera persona que vi con las uñas y labios pintados de negro, que para una profesora era una cosa muy rara. Y, además, nosotros estábamos en el ’82 -último año de la Dictadura Militar-. Era una mujer depresiva que, quizás, en algún punto marcó un montón de mi literatura en cuanto a ciertos personajes deprimidos y que tienen que ver con toda una búsqueda interna de la felicidad. Sin embargo no fue hasta bastante tiempo después, cuando yo ya estaba trabajando en Warner. En el año ’96 mi primera esposa queda embarazada y los de WB me ofrecen escribir mis propios guiones e ir haciendo los dibujos cuando pudiera. Y así fue que escribí una serie bastante larga de historietas. Fui el único historietista latino que hizo historietas para Looney Tunes.

P: Luego de eso, ¿cómo seguiste?
R: Después de eso nos fundimos porque nos pagaron el primer día del Corralito, así que nos costó un montón recuperarnos. Luego yo aproveché para empezar a hacer mi camino acá en Argentina. A mí me gustaba mucho hacer duendes y hadas, así que yo hacía dibujos, los escaneaba y me los guardaba en una carpeta. En el 2001 la gente de Albatros pide ilustradores que hagan duendes y hadas. Entonces les mandé los dibujos y cosas escritas que me di cuenta que tenía. Y me llamaron. Leí el libro que ellos tenían para hacer, pero se los rechacé diciendo que para mí no estaba bien. Que no me gustaba. Me preguntaron qué escribiría yo. Les dije que haría algo serio. Fue entonces que les ofrecí hacer unos libros que se llamaron “Seres Mitológicos Argentinos”, donde aproveché parte de la investigación que venía haciendo como periodista.

P: Retomando tu labor en Warner Bros, ¿cómo te encontraste trabajando para ellos?
R: (risas) En el ’92 decido llevar unas ilustraciones a la Revista Fierro, y me las devolvieron diciendo que me dedicara a otra cosa. Por las vueltas del destino, en el mismo edificio donde se hacía esa revista también se hacía otra llamada Revista Humor. Ahí conocía a alguien que me recomendó a una persona que necesitaba dibujantes de superhéroes. Éste era un gran historietista argentino, que en cuanto vio mis dibujos me mandó el guion. Dibujé para él, y un día me llamó para pasarme un contacto que necesitaba un ayudante. Así que lo llamé y le llevé mis dibujos. Cuando me estaba por ir, llegó un fax de Warner. Me preguntó si conocía a alguien que le interesara, y le dije de un amigo. Me llamó un día, y me dijo que le llevara las muestras de mi amigo y la historieta que tenía que hacer yo. De las trece páginas que tenía que hacer, llevaba dos. Empecé a dibujar y a dibujar, hasta tenerlas listas. Se las llevé, y me dijo que las primeras dos páginas eran pésimas. Que las demás eran bárbaras. Conclusión: lo de mi amigo resultó mal. A mí me salió la posibilidad de dibujar para Disney, Aladdin, pero dije que no. Luego a mi amigo Walter le ofrecieron que hiciera La Sirenita, y le fue muy bien. Cuando cerró la historieta, la gente de Warner lo llamó. Empezó a hacer las páginas de Looney Tunes, se quedaron fascinados, y dijeron que necesitaban otro ilustrador que siguiera el mismo estilo. Me propusieron a mí, arreglé, y lo empecé a hacer.

P: ¿Cómo hacías para imaginar diferentes escenas para tus historietas?
R: En principio, necesitas un escritor que escriba buenos guiones. Es cierto que uno a veces tiende a poner los personajes en las mismas posiciones, o a hacer los mismos gestos. Lo que hay que tratar de hacer es no caer en el aburrimiento. Lo que hacía era buscar otros artistas que dibujaran mejor que yo, para ver qué otros gestos podía generar. Y aprendía de eso. Lo que entendí fue que el momento en que me empezó a aburrir era el momento de decir adiós.

P: ¿Cómo hiciste para escribir más de veinte obras en diez años?
R: Creo que en eso tienen mucho que ver Disney y Warner. No en la capacidad de generar ideas, sino en el hecho de que yo no escribo cuando tengo ganas. Escribir es mi trabajo. Me gano la vida dando clases, ahora, pero en su momento me la ganaba dibujando, y espero en un futuro ganármela solamente de escribir. Un día mío es levantarme a las nueve de la mañana, desayunar tranquilo en mi casa y trabajar. Pero son las diez de la noche y sigo sentado frente a la computadora escribiendo. Si no tengo ideas para escribir, salgo a caminar, escucho música. Warner y Disney me dieron ritmo y seriedad en el trabajo. Sacar “El Último Reino” en un año y medio fue el resultado de trabajo y consistencia.

P: Hablando de “El Último Reino”, ¿cómo hiciste para narrar desde el punto de vista de una mujer?
R: (risas) Soy un convencido de que nosotros en nuestro interior tenemos más historias que ésta en la cual vivimos. Yo creo que, si puedo hablar desde el punto de vista de una mujer, es porque en algún momento debo haber sido una mujer en alguna vida pasada. Así que, en principio, creo que es ponerse en el lugar, recuperar esa parte femenina que todos tenemos adentro, y ser lo más honesto posible. Creo que una mujer, cuando escribe sobre una mujer, no quiere quedar bien con ella. Lo que quiere es hablar de las problemáticas. Esa es la idea.

P: Las portadas de tus libros, ¿las dibujás vos?
R: Sí. Una de las cosas que arreglé con Ediciones B, al momento de contratarme, fue hacer por lo menos todas las tapas de los libros. Porque luego de más de veinte años de trabajar en este medio, conozco el género y me parece que puedo plantear una coherencia entre las tapas y un nivel que pueda competir por la vidriera. Para mí es un gran desafío, incluso es un mayor desafío hacer las tapas de mis amigos.


P: ¿Cómo hiciste para publicar en tus inicios?
R: Nunca fui a una editorial a pedir trabajo. El primero que tuve, el de Albatros, en realidad ellos me llamaron porque pidieron muestras y la parte escrita surgió prácticamente de ahí. Con respecto a “El Último Reino”, mi idea era venderlo en Norma. Liliana Bodoc había publicado ahí, y yo quería estar ahí. Quería que me descubriera Antonio Santa Ana, el editor de Liliana. Entonces me contrata Kapeluz -empresa hermana de Norma-, para dibujar manuales. Yo siempre voy con el mate a todos lados. Un día una persona me corre por un pasillo, y me pregunta si era Leo Batic. Me dice si quería tomar mate con él. Era Santa Ana. Después de tomar varios mates, le digo si quería leer mi novela. Me dijo: “ni loco, vos sos dibujante” (risas). Entonces le digo que era periodista y que escribía mucho antes de dibujar; que eso fue casi como un accidente. Él sólo me miraba, hasta que aceptó. Al mes, más o menos, mi mejor amiga deja de trabajar donde estaba y se va como editora de Santa Ana. Yo justo le llevaba el manuscrito, y él se lo dio a ella. Luego las cosas hicieron que el libro no pudiera salir en Norma, y escribí en Facebook que estaba muy deprimido porque no se había dado un proyecto. Al rato me llamó Ediciones B y me terminaron ofreciendo comprar el libro aún sin haberlo leído. Dijeron que si a Santa Ana le había gustado, entonces tenía que ser una buena novela. Con otros libros y proyectos fue más o menos igual. Me llamaron y acepté.

P: Ya que das clases de escritura y dibujo, ¿cuáles son los consejos que mayormente das?
R: No creo en la palabra imposible. No creo en la palabra nunca. La habilidad del dibujante no está en la mano, sino en el ojo. La habilidad del escritor no está en lo que escribe, sino en lo que lee. Las grandes historias no se hacen frente a una página en blanco, sino que se hacen caminando, cocinando, viviendo. Y ahí es donde las historias salen. Sentarse frente a una página en blanco, ya sea para dibujar o para escribir, es una ridiculez. Es necesario tener constancia. No importa cuánto tiempo tengas en tu día para poder escribir o para poder dibujar. Si ese rato que tenés lo aprovechás al máximo, podés escribir las novelas que quieras. Y dibujar lo que tengas ganas. Las cosas se dan solas, si estás haciendo el esfuerzo para lograrlas.

P: ¿Te ha pasado que el que vos creías que iba a ser el inicio del libro resultó ser, por ejemplo, el quinto capítulo?
R: No me pasó con “El Último Reino”. En éste yo sabía cuál iba a ser el último capítulo de la saga -que no terminó siendo el último, sino el anteúltimo- y empecé a escribir a partir de ahí. Así que podría ser cierto lo que vos decís porque de la forma en la que está escrita hay saltos temporales, pero también las fui acomodando. Así que, sí. Creo que uno rara vez escribe linealmente. Es más, una de las cosas que siempre les digo a mis alumnos es que no traten de escribir una novela de manera lineal.

P: ¿Cuál es tu próximo proyecto?
R: En este momento estoy embarcado en un proyecto de tres libros que estoy escribiendo a la vez y que van a salir los tres el mismo día. La idea es esta: los lectores van a elegir cuál es el primer libro, y eso les va a cambiar totalmente la visión de las otras dos historias.

***

Agradecemos a Leo Batic, por permitirnos hacerle esta nota.
También al periodista que la realizó en nuestro nombre, Leandro Maimó.

Esperamos que hayan disfrutado de la entrevista. En lo personal, Leo es un autor argentino que me gusta mucho. Tanto sus libros como sus dibujos son muy buenos, y realmente deseo que llegue la fecha de publicación de su nuevo proyecto.

Estas son dos frases suyas, que a mí en lo particular me encantaron:

<<El dibujo es más fácil. Uno lo ve y sabe si está bueno o no. La escritura es más difícil. Nunca sabes si eso que estás escribiendo está bueno o no.>>

<<Si vos crees que algo es imposible, es algo imposible.>>


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Saludos, y nos estamos leyendo.

-A

4 comentarios:

  1. Un gran dibujante, gran escritor y por sobre todo una gran persona. El último Reino es una Saga increíble y totalmente recomendable, te guste la fantasía o no, en la historia hay más que dragones y magia.
    Léanlo a él y a todos los autores de La Cofradía del Fantasy Argentino, no se van a arrepentir.

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  2. Muy buena entrevista!!! Un gran escritor, y lo mas bello... es argentino!! UN ORGULLO. Muy bueno el blog, sigan asi, FELICITACIONES!!!!

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